Historia del Arte en España

Descubre la Historia del arte español y conoce a los artistas españoles más importantes y representativos, sus obras, influencias y estilos.
Pequeñas iglesias prerrománicas y románicas, tallas góticas de madera, trípticos y manuscritos iluminados son buenos ejemplos del arte cristiano medieval español, mientras que en el territorio musulmán, los palacios árabes y las mezquitas del Al-Ándalus también son muy representativas del patrimonio cultural del país.

La España del siglo XVI recibió la influencia del Renacimiento italiano, puesto que muchos artistas españoles visitaban la península itálica para aprender y adquirir, de primera mano, las innovaciones estéticas y técnicas que allí estaban surgiendo. El Renacimiento español se caracteriza por la prominencia que adquirió la temática religiosa, ya que la Iglesia ejercía el principal mecenazgo de las artes. La pintura y la literatura florecerían especialmente durante el siglo XVII en el llamado Siglo de Oro. Sevilla, Madrid y Valladolid fueron activos centros artísticos que reunieron a artistas como El Greco, El Españoleto y Velázquez y a escritores como Cervantes, Quevedo y Góngora. Aunque los motivos pictóricos apenas cambiaron, los temas religiosos empezaron a reproducirse con un realismo naturalista. Los reyes encargaban retratos y escenas históricas en los que los artistas fueron introduciendo nuevas fuentes de inspiración, a menudo sacadas de la vida cotidiana.

La decadencia del Barroco llevó al Rococó y a continuación al Neoclasicismo, movimientos deudores de sus equivalentes franceses. El pintor más significativo del siglo XVIII español fue Francisco de Goya. Autor de espléndidos retratos de la monarquía (La familia de Carlos IV), posteriormente se centraría en temas políticos y sociales; usó como eje temático la ocupación francesa de España para representar los horrores de la guerra. Prácticamente confinado en su casa de la Quinta del Sordo (llamada así debido a la enfermedad del artista), Goya dedicó sus últimos días a temas oscuros, incluso lúgubres.

La contribución española al arte del siglo XX puede resumirse en dos movimientos tan revolucionarios como esenciales: el cubismo y el surrealismo.

El cubismo fue una reacción a los modos tradicionales de representación caracterizados por una perspectiva monofocal. Pablo Picasso y Georges Braque abandonaron esta premisa, introduciendo de este modo la cuarta dimensión -el tiempo- en la pintura. Dicho estilo se caracteriza por el uso de formas geométricas, intercalando planos y una gama de colores austera. También recibió la influencia del arte primitivo, especialmente de las máscaras tribales africanas y la cerámica ibera.

El surrealismo, surgido del radical movimiento iconoclasta del dadaísmo, buscaba explorar y expresar el subconsciente tanto en la pintura como en la literatura. La imaginería irracional de los sueños, muy inspirado en las teorías freudianas, constituirían una fuente importante de inspiración para los poetas y artistas plásticos del Surrealismo, tanto figurativo como abstracto, como queda patente en las obras de Salvador Dalí y Joan Miró.

La pintura actual española acaba de sufrir la pérdida de uno de los grandes maestros de la abstracción: Antoni Tápies. Este catalán, junto al internacional Miquel Barceló y al espléndido Antonio López formar un triángulo de oro dentro del panorama actual de la pintura española.