La Llorona

Una figura famosa en el horror folclórico, La Llorona está condenado a permanecer toda la eternidad en busca de los cuerpos de sus hijos.

"Una mujer condenada o una Diosa que lleva un mensaje de mal agüero"

En México, a menudo se dice que una manera de convocar a La Llorona es estar a la luz de velas rojas y encerrarse en una habitación cuyas paredes estén decoradas con espejos, mientras se repite su nombre. Otros dicen que es probable que se aparezca a los niños desobedientes cuya relación con sus padres está llena de crispación, otros han avistado su silueta en la distancia, navegando incansablemente por los lagos o ríos mexicanos, gimiendo: "¡Ay, mis hijos!". 

El cuento de La Llorona

El cuento de La Llorona habla de una mujer llamada María, bendecida con una gran belleza natural, que estaba decidida a casarse sólo con el hombre más guapo que conociera, rehuyendo a cualquier hombre que ella veía como incapaz de igualar su hermosura. Las diferentes versiones del relato varían a partir de este punto, pero la más ampliamente propagada asegura que María sedujo a su potencial pretendiente mostrándose distante y difícil de conseguir. Empero, una vez que los dos se casaron y tuvieron dos hijos, el joven comenzó a alejarse de ella, soñando con su antiguo estilo de vida libre en las praderas. En algunas versiones, el ranchero le fue infiel a María, y en otras, ella simplemente se resintió de su indiferencia emocional en comparación con la atención que continuaba dándole a sus hijos. Sus niños se ahogaron, y muchas versiones de la historia sugieren que su muerte fue una acción deliberada que ella perpetró con sus propias manos antes de ahogarse ella misma. Cuando ella se negó a entrar al cielo sin sus hijos, se vio obligada a buscar entre las aguas sus restos para la otra vida. En la versión colonial mexicana, María dio a luz a los hijos de un español blanco que estaba muy por encima de su clase, y asesinó a su descendencia como reacción inmediata a su negativa a hacerla su esposa.

Naturalmente, la historia de La Llorona ha sido explotada y representada en la cultura popular y el cine mexicano a lo largo los siglos XX y XXI; la década de 1960 vio el lanzamiento de la película La Llorona, un film mexicano dirigido por René Cardona que narra las experiencias de una familia atormentada por el espíritu maligno de la mujer que llora. Más recientemente, en 2013, el parque temático de Universal Studios en Orlando, Florida recurrió al tema de La Llorona para una de varias "zonas de susto" de las que constan sus noches anuales de Horror de Halloween, con laberintos, películas y espectáculos escalofriantes en torno a la leyenda mexicana. La atracción en la que se ven envueltos los invitados les hace entrar en una capilla mexicana abandonada y en el funeral de las víctimas, con el objetivo de transportar a los invitados al misterioso reino de La Llorona.

Más que una historia de terror

Es evidente entonces que La Llorona es más que una historia de terror; de alguna manera, el tormento emocional de María dota a su personaje de un nivel de vulnerabilidad que rara vez se ve en las leyendas escalofriantes. En un nivel más profundo de la narración se encuentra un mensaje ambiguo que explica la persistencia de la leyenda en la cultura popular: El destino de María representa la conclusión inevitablemente desastrosa de tener unas prioridades vanas o superficiales, o un sentido falsamente inflado de uno mismo; sin embargo, otros críticos han señalado la presentación de la leyenda del machismo, con su enfoque en la responsabilidad femenina y la ausencia masculina. La Llorona también trata de cuestiones como la maternidad, la condición femenina y la noción más universal de una vida después de la muerte en la que se reflexione sobre las elecciones y la dirección elegidas durante la estancia en la Tierra. En la sociedad contemporánea, el folklore todavía tiene algo de relevancia didáctica, como los otros cuentos, que permiten a los padres de todas partes asegurarse de que los niños permanecerán en sus casas, seguros después del anochecer.