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A muchos de nosotros nos suenan los vocablos del lunfardo por las letras de los tangos que tan magistralmente cantara Carlos Gardel, entre otros grandes intérpretes del género. Vamos a conocer un poco mejor los orígenes y características de este argot surgido en Argentina, que hoy en día se ha incorporado en buena medida al habla de Argentina, Uruguay y Paraguay. Se considera que cuenta con más de 6.000 palabras.
Orígenes y características del lunfardo
El lunfardo es un argot o un repertorio de vocablos originario de los barrios de Buenos Aires (Argentina), que también se desarrolló en otras ciudades hermanas como Rosario (Argentina) o Montevideo (Uruguay). En su origen, hacia mediados del siglo XIX, fue un argot hablado por delincuentes, que incorporó muchos vocablos de inmigrantes españoles, italianos y otras procedencias. Con estas palabras y expresiones especiales, que no figuraban en los diccionarios, los presos conseguían que los guardias no los entendieran durante su estancia en prisión y podían planear sus fugas y delitos, etc. Eran tiempos de inmigración y de incesante actividad portuaria en las tres ciudades citadas. Con el tiempo, el lunfardo se fue extendiendo a través de todas las clases sociales, de forma que muchas de estas palabras impregnaron las formas coloquiales del habla española de los argentinos y de otros muchos países hispanos.
Hay que dejar claro que, a pesar de ciertas reivindicaciones y de su gran implantación, el lunfardo no es una lengua sino un léxico muy determinado, ya que no contiene todas las partes de la oración. Tiene tres elementos importantes: el sustantivo, el adjetivo y el verbo, pero carece de artículos, pronombres, preposiciones y conjunciones. Por lo tanto, carece de sintaxis, utiliza siempre la sintaxis original del español.
Los sonidos del lunfardo son herederos, principalmente, de las lenguas de Italia. En Argentina la inmigración italiana fue muy importante y ha influido en su vocabulario. Existen otras palabras procedentes del francés, del portugués, del inglés e, incluso, del quechua, entre otros. Por ejemplo, una palabra del lunfardo como Bacan (persona muy adinerada), proviene del genovés. En el mismo caso encontramos la expresión Engrupir, que significa engañar. Tamango (zapato) proviene del portugués y Cana (cárcel) del francés, mientras Bichicome (vagabundo) lo hace del inglés.
El lunfardo y el tango
No se puede hablar del lunfardo sin hacerlo también del tango, que ha sido su mejor embajador en todo el mundo. El lunfardo es el repertorio de vocablos que se utiliza en la mayoría de los tangos. Un pionero del tango como el músico y dramaturgo Pascual Contursi fue el gran introductor del lunfardo en este tipo de música. A partir de entonces, poetas lunfardistas y letristas populares como Celedonio Esteban Flores desarrollaron más esta vía en colaboración con el cantante Carlos Gardel, que grabó más de 20 canciones con letras de dicho autor. Un buen ejemplo sería el viejo tango “Mano a mano” (1923) con letra del citado Celedonio Estaban Flores y música de Gardel/Razzano.
Pero, ¿se podría hablar de un tango que tuviese toda la esencia del lunfardo? Es complicado escoger entre tanto genio; pero digamos que hay uno que fue escogido por el mismísimo Federico García Lorca. Hablamos de “El Ciruja” (1926), con letra de Alfredo Marino y música de Ernesto de la Cruz. Cuentan que un porteño preguntó a Lorca qué opinaba sobre el tango, a lo que el poeta respondió sentándose a un piano cercano y empezó a tocar y a cantar el citado tema.
A muchos les hubiese gustado estar presentes en aquella conversación. Pero nosotros iríamos más allá aun siendo más modestos: ¡nos habría gustado componer un tango sobre tal historia!
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