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Las temperaturas veraniegas en España pueden ser sofocantes y Granada, con su ubicación al sur del país, no es una excepción. Pero, ¡no te preocupes! En don Quijote conocemos todos los trucos para hacer frente al verano, y van mucho más allá de quedarte en casa debajo del chorro de aire acondicionado. Más aún en una ciudad como Granada, a menos de una hora de la playa y de la montaña.

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Ahí van unos cuantos consejos prácticos:

La Costa Tropical

De acuerdo: no es tan cómodo como tener la playa a diez minutos caminando de la puerta de tu escuela de español, pero desde Granada lo tendrás fácil para enterarte de por qué la costa de la provincia es conocida como Costa Tropical. A algo menos de una hora en coche, la localidad costera de Motril te ofrece dos playas con encantos muy diferentes: Calahonda, distinguida con una bandera azul, está situada en el pueblo, tiene restaurantes y chiringuitos a pocos metros y es la opción perfecta si viajas en autobús; la playa de La Joya es más recóndita, y para acceder a ella tendrás que bajar 200 escalones para salvar el acantilado que la protege de las visitas masivas. ¡Te aseguramos que vale la pena!

El pueblo de Salobreña es otra buena alternativa para pasar un día entre las olas o tomando el sol en su arena oscura: después de subir al castillo y contemplar las vistas, nada mejor que un chapuzón en la playa de La Guardia, donde podrás alquilar un kayak o disfrutar del delicioso pescadito frito tan típico de la zona. Si lo tuyo es el snórkel o el buceo, dirígete a la Playa La Rijana. Necesitarás un coche para llegar, pero sus aguas transparentes son suficiente recompensa.

Espera a la puesta de sol

Tras la caída de la tarde, los granadinos vuelven a salir a las calles y la ciudad se va llenando de vida gracias a las temperaturas más frescas. Únete a ellos y diviértete en los numerosos bares de tapas que encontrarás en el centro de la ciudad, desde las tapas de calidad de la Plaza de la Pescadería a las más baratas y abundantes del barrio universitario. Si te apetece algo un poco más especial (y, por qué no, romántico) puedes acercarte a alguna de las terrazas con vistas a la Alhambra que encontrarás en la parte alta del Albaicín, o caminar a lo largo del Paseo de los Tristes disfrutando del frescor del río. Y, si lo tuyo es el flamenco, las cuevas del Sacromonte están bien protegidas frente a las altas temperaturas del verano granadino, así que son el sitio ideal para vivir la magia del baile, el cante y el toque.

Las horas más frescas de la noche también son el momento ideal para conocer de cerca los secretos de la ciudad: se organizan visitas nocturnas de la Alhambra, y también paseos por las callecitas empedradas del barrio del Albaicín, en los que te contarán un sinfín de leyendas y datos curiosos sobre la ciudad.

¡Échate al monte… o a la montaña!

Una de las cosas que dan encanto a las panorámicas de Granada es poder contar con un trasfondo tan impresionante como las cumbres de Sierra Nevada. Este destino, popular entre los amantes del esquí en los meses de invierno, es también perfecto para bajar la temperatura unos grados durante el verano. Da un paseo por el jardín botánico Hoya de Pedraza, cruza los puentes colgantes del desfiladero de Los Cahorros, en Monachil, practica deportes de aventura o date un baño relajante en la piscina del centro de Pradollano.

El verano en Sierra Nevada tiene, incluso, un festival: Sierra Nevada por Todo lo Alto reúne cada año a diferentes grupos y cantantes españoles en una serie de conciertos gratuitos. Siente el placer de ponerte una chaqueta en pleno verano mientras disfrutas de la combinación de música y naturaleza.

Planes culturales de lo más refrescante

Cuando el calor aprieta, pero no puede con tus ganas de conocer mejor Granada, lo más sensato es refugiarse en algún lugar donde puedas evitar los despiadados rayos del sol. Por suerte, en Granada sobran las opciones para disfrutar de su cultura y su historia sin sudar la gota gorda. Los gruesos muros de la catedral garantizan que el calor se quede fuera, así que aprovecha para disfrutar de la belleza de sus capillas, entre las cuales está la famosa Capilla Real, en la que están enterrados los Reyes Católicos. Si te interesa la historia, pero menos lejana, puedes visitar la Huerta de San Vicente, la casa familiar del poeta Federico García Lorca, o conocer de cerca la especial forma de vida en las típicas cuevas del Sacromonte granadino, en el museo dedicado a ellas.

Otra de las opciones evidentes es la Alhambra, con sus salas palaciegas y frescos patios. Aprovecha para disfrutar de los jardines del Generalife de una forma diferente, asistiendo a alguna de las representaciones del ciclo anual Lorca y Granada: un espectáculo en el que el flamenco y el especial mundo poético del granadino más universal se fusionan para un resultado mágico.

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