Jorge Luis Borges

Jorge Luis Borges es uno de los autores cumbre de la literatura argentina, siendo uno de los más analizados de la historia de la literatura.

Jorge Luis Borges, poeta, ensayista, narrador, uno de los autores cumbre de la literatura argentina y de la narrativa en español en general. También Borges es uno de los autores más analizados de la historia de la literatura. Entre sus principales textos podemos encontrar El Aleph, La Historia Universal de la Infamia, Ficciones o El Libro de Arena. En todos ellos se habla de mundos fantásticos, de la idea del infinito, de bestiarios lógicos, que sumergen al lector en un mundo mágico con influencias de todas las literaturas universales desde la antigua Grecia a los movimientos de vanguardia del siglo XX.

Uno de los textos más famosos de Borges, y más repetidos por los internautas es:

El universo (que otros llaman la Biblioteca) se componte de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercados por barandas bajísimas. Desde cualquier hexágono se ven los pisos inferiores y superiores: interminablemente. La distribución de las galerías es invariable. Veinte anaqueles, a cinco largos anaqueles por lado, cubren todos los lados menos dos; su altura, que es la de los pisos, excede apenas la de un bibliotecario normal.

Jorge Luis Borges, La Biblioteca de Babel, El jardín de senderos que se bifurcan (1941)

Este texto se considera la profecía del surgimiento de Internet: una biblioteca global en la que todos los textos se relacionan. Para Borges es una biblioteca finita, aunque parece infinita a ojos humanos porque es el universo mismo preexistente al hombre.

Sus cuentos, siempre llenos de citas eruditas, crean en nuestras mentes multitud de silogismos lógicos que hacen posible lo imposible. Las palabras se transforman en imágenes arriesgadas que funcionan en nuestro cerebro, como si de un mundo se tratase.

Jorge Luis Borges nació en Buenos Aires 24 de agosto de 1899. Era hijo de un abogado argentino, Jorge Guillermo Borges, y de Leonor Acevedo Suárez, de Uruguay. La casa familiar era una casa culta en la que se hablaba indiferentemente inglés y español, y Borges tuvo un acercamiento a la lectura muy temprano: a los cuatro años ya sabía leer y escribir.

A los nueve años, y bajo el seudónimo de Jorge Borges, publicó por primera vez en el periódico El País la traducción que hizo del inglés del cuento de Oscar Wilde “El príncipe feliz”. Pero estos años fueron traumáticos para él. Ingresó en un colegio del barrio de Palermo, en el que tuvo que soportar burlas y humillaciones por parte de sus compañeros.

La familia Borges se trasladó a Europa cuando su padre, debido a una enfermedad de ceguera que con los años terminó afectando al propio Jorge Luis, tuvo que jubilarse como profesor. La familia se instaló en Ginebra escapando de la Primera Guerra Mundial. Allí estudió francés y aprendió alemán de forma autodidacta.

En 1919 se instalaron en Barcelona y más tarde en Palma de Mallorca. Fue el comienzo de su profesión literaria. En Madrid y Sevilla entró en el movimiento Ultra, del que fue su máximo exponente al volver a Argentina. Entró en contacto con escritores españoles de la época como Rafael Cansinos Assens, Gómez de la Serna, Valle Inclán o Gerardo Diego.

En 1921 regresó a su Buenos Aires natal. El redescubrimiento de esta ciudad le produjo un fuerte impacto. Esto lo llevó a mitificar sus barrios suburbanos, el tango, los compadritos. Entabló amistad con Leopoldo Lugones y Ricardo Güiraldes con los que fundó revistas de tema literario.

Con la llegada de Perón al poder, siendo Borges antiperonista, tuvo que dejar su trabajo oficial para convertirse en conferenciante, recorriendo las provincias argentinas.

A partir de los años 50, Borges tuvo el reconocimiento que se merecía dentro y fuera de Argentina. Este reconocimiento lo llevó a ser presidente de La Sociedad Argentina de Escritores, y más tarde, con la caída de Perón en 1955, fue nombrado presidente de la Biblioteca Nacional.

En 1986 regresó a Ginebra, ciudad por la que sentía un inmenso amor y en la que murió el 14 de junio de ese mismo año de un cáncer hepático.