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A la hora de aprender una nueva lengua, solo hay una cosa más divertida que las frases hechas: conocer su origen. Muchas veces, la historia detrás del significado es más asombrosa aún que las propias expresiones lingüísticas. Cambia a la versión en inglés de este artículo para seguir leyendo o continúa en español si lo prefieres.
En línea con nuestra serie de expresiones con gatos, esta semana traemos un par de frases hechas con un origen sorprendente. Toma papel y lápiz: en tu viaje a España o Latinoamérica las escucharás más de una vez.
Dar gato por liebre
Esta expresión se utiliza cuando se hace pasar una cosa por otra de mayor valor o calidad. Normalmente, se emplea cuando alguien ha sido víctima de una estafa o de un engaño con respecto a un producto o servicio que ha adquirido.
Su origen se remonta muchos años atrás: entre el s. XVI y el s. XVII. Por aquel entonces, los viajes se realizaban a pie o a caballo y duraban mucho más tiempo que hoy en día. Las posadas eran los establecimientos encargados de proporcionar comida y cama a los cansados viajeros cuando hacían un alto en su camino.
Sin embargo, era bastante frecuente que estos negocios se aprovechasen de los clientes que estaban de paso. Una manera de hacerlo era servirles carne de gato (un animal callejero) como si fuera liebre (mucho más cara). Así, se ahorraban unas monedas a costa de personas que no volverían a pasar por allí.
Esta práctica se hizo tan popular en aquellos años, que se hizo popular entre los viajeros una especie de conjuro antes de comer:
Si eres cabrito, mantente frito;
si eres gato, salta al plato.
Viajemos de nuevo al presente para ver un ejemplo de cómo se utiliza esta expresión hoy en día:
La agencia de viajes me dio gato por liebre; pagué por un hotel de cinco estrellas y me enviaron a una pensión malísima.
Buscarle tres pies al gato
Cuando hablamos de animales, lo correcto es decir patas y no pies al referirnos a sus extremidades inferiores. Sin embargo, la siguiente expresión es una excepción a la regla.
Buscarle tres pies al gato significa intentar conseguir razones rebuscadas o tratar de explicar lo inexplicable. Probablemente, te preguntarás por qué entonces este y no otro número, ya que los gatos tienen de hecho más de tres patas.
Se cree que esta expresión ha ido cambiando a lo largo del tiempo. En algún punto del pasado, se utilizaba buscarle cinco pies al gato como sinónimo de imposibilidad, ya que este animal cuenta con solo cuatro patas.
Sin embargo, en tiempos del Quijote, este dicho ya había evolucionado a su versión más moderna. Y es que, en uno de sus pasajes, encontramos este curioso diálogo:
—Y enderécese ese bacín que trae en la cabeza y no ande buscando tres pies al gato.
—¡Vos sois el gato y el rato y el bellaco! —respondió don Quijote.
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