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La Universidad de Salamanca pronto cumplirá 800 años. Ocho siglos dan para mucho y si tenemos en cuenta que la institución ha visto épocas como la Edad Media, el Barroco, la época del Imperio español o el Romanticismo es normal que haya numerosas leyendas entre sus muros. Vamos a contaros algunas.

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La primera, aunque tiene que ver con la universidad, tiene lugar en la capilla de Santa Bárbara, dentro de la Catedral Vieja. Al principio los estudiantes daban clase en el recinto del templo y esta capilla servía como aula en la que preparar y defender tesinas y tesis de doctorado.  El procedimiento hoy nos puede poner los pelos de punta: el estudiante pasaba la noche repasando sus libros frente al sepulcro del Obispo Lucero en completa soledad, sólo iluminado por unas velas. A la mañana siguiente -repetimos, frente al sepulcro del obispo- defendía su trabajo frente a un tribunal. Pasar un examen tras una noche en vela con la sola compañía de un fallecido debe, por lo menos, ser duro.

Otro elemento legendario que tiene que ver con lo fugaz de la vida es la archiconocida rana que, para aprobar todas las asignaturas del curso, hay encontrar sobre una de las calaveras que adornan la fachada de la universidad. No se sabe quién inicio esta leyenda, pero es una más entre varias: unos dicen que la rana es la firma del cantero, otros dicen que advierte a los estudiantes del peligro de llevar una vida despreocupada y otros que se trata de un mensaje incómodo que vendría a decir que la resurrección de los muertos se daría “cuando las ranas críen pelo”.

Pasemos de leyendas tenebrosas a otra más “brillante”. Seguro que os habrá maravillado la bella arquitectura de la Casa de las Conchas, un verdadero tesoro artístico que en tiempos fue casa de Rodrigo Maldonado, Catedrático de Derecho allá por el siglo XVI. Pues bien, hay quien dice que cada una de las conchas que adorna la fachada el edificio esconde una moneda de oro. ¿Será por eso que recientemente se ha sometido a una “restauración”?

Otro detalle artístico lleno de misterio es el del cielo que se puede ver en las Escuelas Menores. Se trata de un mapa del firmamento realizado entre los siglos XV y XVI que cubría el techo de la antigua biblioteca de la Universidad. Estas pinturas se taparon cuando la biblioteca fue reformada como capilla, pero fueron descubiertas a mediados del siglo XX. Imaginarse a multitud de sabios, investigando antiguos y secretos saberes bajo un mapa del cielo tiene su encanto.

Varias calles más abajo hay un rincón de Salamanca que, aunque no tiene que ver con la Universidad si fue un aula… o eso dicen. La Cueva de Salamanca, según cuenta la leyenda fue nada más y nada menos que un aula donde el diablo daba clase a magos y brujos. Dicen que las clases se acabaron porque uno de los alumnos engañó al maestro vendiendo su sombra en lugar de su alma. Pero también dicen que de escuela no hay nada y lo que hoy vemos son los restos de una iglesia medieval.

Nos quedan muchas por contar y os invitamos a que vengáis a aprender español con nosotros y que las descubráis. Os podemos decir con toda seguridad que si andáis por sus calles no sólo sentiréis las leyendas. También estaréis tentados de crear las vuestras propias.

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