Inquisición en España

La Inquisición española fue una institución fundada por los Reyes Católicos en 1478, creada para mantener la ortodoxia católica en los territorios reinados.

La Inquisición española

En 1478, los Reyes Católicos fundaron la famosa Inquisición con el fin de mantener el catolicismo más puro en todos sus territorios.

Fue creada para actuar como tribunal con el fin de descubrir y someter a juicio a los herejes. Esto conllevó al crecimiento del odio entre judíos y cristianos, ya que cuando una persona tenía una rencilla con algún vecino o conocido, lo acusaba directamente de ser judío para llevarlo a juicio y complicarle la vida. De este modo, aumentó notablemente el número de denuncias falsas y acusaciones por ser judío.

Tanto el gobierno, como los demás funcionarios proclamaban que era importante expandir el catolicismo real. Por ello, promulgaron leyes para prohibir los matrimonios mixtos entre cristianos y judíos o judíos conversos, ya que ensuciaban la pureza de la sangre. A raíz de este rechazo continuo y creciente, muchos judíos que no renunciaron a su fe fueron asesinados y otros muchos expulsados del país. Con ellos, se fue buena parte de la cultura y de las tradiciones que hasta ese momento había habido en el territorio.

Realmente, la Inquisición se creó por el miedo que tenían los cristianos a que los judíos se hicieran cada vez más numerosos y les quitasen el poder. Los judíos eran una amenaza para la monarquía y los Reyes Católicos vieron en la Inquisición el medio para eliminar la fuente de uno de sus mayores problemas.

Además, en el siglo XIII el territorio que hoy ocupa España estaba en guerra con Italia y hacía poco que había reconquistado Granada, por lo que la situación de precariedad económica era generalizada en la mayoría de la población. Como la comunidad judía tenía una mejor posición socioeconómica, los Reyes Católicos tenían miedo a una protesta popular, por lo que la expulsión de los judíos supuso el fin de ese problema y la adquisición de sus propiedades tras su asesinato o huida.