Miquel Barceló

Miquel Barceló es considerado uno de los artistas más famosos dentro del arte contemporáneo abstracto español.

Miquel Barceló (Mallorca, 1957) es un famoso artista contemporáneo español cuya obra está en constante evolución, tanto en la técnica como en los materiales. Su extenso trabajo abarca pinturas, dibujos, esculturas, cerámicas y fundiciones. Por un lado, recibió una intensa influencia de las vanguardias, el Art Brut, y el expresionismo abstracto norteamericano; por otro, tiene un interés especial por las pinturas barrocas de Diego Velázquez, Tintoretto y Rembrandt. Barceló, desde una clara inclinación experimental, ha encontrado una manera personal de plasmar el expresionismo sin abandonar nunca las reglas de la pintura convencional.

Miquel Barceló nació en Felanitx, Mallorca, donde estudiaría brevemente en la Escuela de Artes y Oficios (1972-1973) antes de matricularse en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona en 1974. Después de un año en Barcelona regresaría a Mallorca para unirse al grupo vanguardista conceptual Taller Lunátic, y participar en la publicación del periódico de artistas llamado Neón de Suro (1975-1982). Un año después de regresar a Mallorca, Miquel Barceló expuso en solitario por primera vez en el Museo de Palma. Esta exposición tenía una marcada influencia del Art Brut, o arte marginal, un estilo que Barceló había descubierto en 1970 en París, antes de comenzar sus estudios formales de arte.

En la década de los 80 viajó a lo largo de Europa, Estados Unidos y África Occidental, y acabaría por establecer estudios en París y en Ségou, en Mali. Sin duda, el tiempo que Miquel Barceló pasó en diferentes países afectó a su arte, en forma de paisajes multifacéticos y diversas influencias culturales. Su obra representa una exploración eterna de nuevas formas de expresión, en las que experimenta con diferentes técnicas, materiales, texturas, perspectivas de luz y colores. Un tema recurrente en el arte de Miquel Barceló es el mar, al que se aproxima desde distintos ángulos; un motivo que podría sugerir una fuerte relación con la isla de Mallorca, su tierra natal.

En 1981, Miquel Barceló participó en la Bienal de Arte de São Paulo, y en 1982 el pintor obtuvo el reconocimiento internacional en Documenta VII, una de las más importantes exposiciones de arte moderno y contemporáneo, celebrada cada cinco años en Kassel, Alemania. Desde mediados de la década de los ochenta, Miquel Barceló es considerado uno de los artistas españoles más influyentes, y su obra está presente en las galerías de arte más prestigiosas del mundo, como la Galería Bruno Bischofberger y Leo Castelli, además de otros importantes museos y enclaves culturales. El éxito de Barceló fue públicamente reconocido en su país de origen en 1986, cuando se le concedió el Premio Nacional de Artes Plásticas en España. En 1996, a la edad de 39 años, los últimos diez años de su producción artística se expusieron en la Galería Nacional de Arte Moderno del Centro Pompidou en París.

Como homenaje a su tierra natal, en 2004 Miquel Barceló elaboró un mural de aproximadamente 300m² para una capilla de la catedral de Mallorca. La capilla de san Pedro está dedicada al Sagrado Sacramento y a la Última Cena. Inspirado en este tema, Barceló cubrió las paredes de la capilla con terracota y las decoró con pinturas relacionadas con la multiplicación de los panes y los peces, un milagro del sexto capítulo del Evangelio de San Juan. A principios de 2003, cuando ya había comenzado a trabajar en el mural en Vietri, Nápoles, se había enterado de que había sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias, el reconocimiento artístico más prestigioso en España. El mismo año que terminó el mural, el Museo del Louvre de París expuso las acuarelas de Barceló sobre la Divina Comedia de Dante, convirtiendo al pintor en el artista más joven que había expuesto sus obras en el museo.

Quizás la obra más famosa de Miquel Barceló sea la que el Gobierno español mostró por primera vez de forma oficial el 18 de noviembre de 2008. Esta controvertida obra de arte se encuentra en la cúpula de la Sala de los Derechos Humanos y la Alianza de Civilizaciones en el Palacio de las Naciones Unidas de Ginebra, y cuenta con estalactitas multicolores que cuelgan del techo. Barceló ha explicado que la cúpula representa «un mar y una cueva, en una unión absoluta de opuestos» y que la idea se le ocurrió «en un día de intenso calor en medio del desierto del Sahel» en África, en el que evocó «el espejismo de una imagen del mundo goteando hacia el cielo, fluyendo gota a gota». La magnitud del proyecto (1.500 m²) hizo que fuese necesario un año para su producción y tuvo un costo de 23 millones de dólares, utilizó 100 toneladas de pintura y requirió el trabajo de arquitectos e ingenieros. Es apodada «La Capilla Sixtina de la ONU» y «La Capilla Sixtina del siglo XXI».

En la actualidad, las pinturas, dibujos, esculturas y cerámicas de Miquel Barceló se exhiben en la Galería Bruno Bischofberger de Zurich, y en 2010 se inauguró una exposición en Barcelona y Madrid que rendía homenaje a los últimos 25 años de la vida del pintor.

Este pintor español contemporáneo sigue dividiendo su tiempo entre París, Mallorca y Mali, lo que refleja una diversidad cultural que probablemente seguirá influyendo en su trabajo. Como él mismo dijo una vez, para describir su obra en la catedral de Palma de Mallorca: «Este es mi mundo, mi tierra y mi mar, me lo conozco de siempre. Todos los peces y frutos me los sé de memoria, forman parte de mi paisaje cultural desde niño».