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Cuando nuestros alumnos buscan en el diccionario -ya sea en papel o en la aplicación que tienen instalada en su teléfono móvil- el verbo saber y el verbo conocer, con mucha frecuencia se encuentran con la misma traducción. Por tanto, además de no servirle para nada la búsqueda, comienzan a sentir cierto estrés porque les vienen a la cabeza otros casos estudiados como la diferencia entre ser y estar o entre por y para.

 

Hoy trataremos de aclarar este tema. Haz clic aquí para leer este post en inglés.

Aceptando que ambos verbos tienen un significado muy similar y que en muchas lenguas el mismo verbo me sirve para traducir los dos, os proponemos esta asociación de conceptos:

 

Saber

Conocimiento o habilidad adquiridos

Conocer

Experiencia

 

Cuándo usar SABER

(1) Es decir, con el verbo saber haremos referencia a los conocimientos que tenemos por medio de la instrucción, de la formación, del estudio o del modo que sea. De esa forma, sabemos cuál es la capital de Bolivia, sabemos las reglas de juego del baloncesto, sabemos los verbos irregulares o sabemos el significado de una palabra.

 

(2) Por otro lado, el verbo saber es el que utilizamos para las habilidades, o sea, que sabemos hablar español, sabemos nadar, sabemos dibujar o sabemos preparar una paella.

 

Cuándo usar CONOCER

(3) Por su parte, el verbo conocer lo usamos cuando hablamos de conocimientos que tenemos por medio de la experiencia (o de la percepción). De ese modo, conocemos a los padres de mi novia, conocemos el norte de España o conocemos el mejor sitio para comer paella en la ciudad. 

 

SABER o CONOCER

Veamos estos pares de frases:

(a) Sé el calor que hace en Málaga en verano.

(b) Conozco el calor que hace en Málaga en verano.

* En un caso hacemos referencia al conocimiento que hemos adquirido, por medio del estudio o de la lectura, de la meteorología de Málaga (a); mientras que en el otro caso compartimos que hemos vivido, experimentado y disfrutado/sufrido el calor de la ciudad (b).

 

(a) Sé quién es el jefe de estudios.

(b) Conozco al jefe de estudios.

* Mientras que en un caso conocemos personalmente al jefe de estudios (b) y hemos hablado con él, lo hemos saludado o le hemos hecho una consulta, en otro caso (a) solo tenemos el conocimiento de su identidad: sé quién es, sé cómo se llama, sé dónde está su despacho, pero no he tenido el placer de conocerlo en persona.

¿Sabes qué? Ahora que ya conoces la diferencia entre saber y conocer, te invitamos a poner en práctica lo que has aprendido sobre el terreno. ¡Visita uno de nuestros 32 destinos en España y Latinoamérica!

Gracias a Ramón de nuestra escuela en Málaga por escribir este post.

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